Azucena Klett, Zoe Mediero, Aurora Adalid

 

Esta comunicación presenta una visión de la curadoría como una forma de investigación y práctica entre cultura, arte e intervención material en espacios públicos. A través de este diálogo describimos la producción de contextos colectivos de pensamiento, que resisten y complementan las formas tradicionales de distribución de conocimiento.

Entendemos nuestra práctica comisarial en Intermediae (Matadero Madrid) desde la implicación en una trama de iniciativas, como el proyecto Citykitchen desarrollado con los colectivos Basurama y Zuloark, tras la experiencia compartida en El Campo de Cebada. Alrededor de este proyecto desplegamos una investigación colectiva sobre un nuevo estatuto y definición de lo público, en el contexto del arte, la cultura y la ciudad en relación con “lo común”. Desde esta perspectiva, componemos un diálogo entre prácticas, espacios y redes acerca del significado de la cultura y la función social de sus instituciones, desbordando la práctica de la militancia y los espacios de lo colectivo (sean éstos una institución cultural, una escuela, una plaza, un espacio gestionado por movimientos de base o la misma idea de ciudadanía).

Esto da cuerpo a un amplio debate sobre la nueva institucionalidad pública. Presentamos la experiencia Citykitchen, como un espacio de experimentación estética y políticamente consciente, que transforma y afecta la noción de lo público en un intento de reinventar lo común, los modelos de gobernanza y de comunidad. Construir una institucionalidad otra frente a una Administración reducida a la gestión de los recursos. Nuestra comunicación presenta este argumento como un lugar de ensayo de nuevas formas de ciudad. Un contexto donde crear nuevos futuros para lo público, desde espacios poéticos de pensamiento para las instituciones que compartimos.

Nos gustaría comenzar esta conversación, entre nosotras y con vosotros, agradeciendo a los organizadores de este encuentro su llamada. Estamos muy contentas de compartir este momento con muchas de las personas que inspiran y acompañan con sus textos e ideas nuestra práctica cotidiana. Cuando recibimos la convocatoria para participar nos pareció especialmente sugerente el título del congreso: Deshaciendo y rehaciendo mundos comunes.

El aspecto que puede llegar a tener un mundo o, en nuestro caso, “una ciudad común” es una de las preguntas guías de Citykitchen, el proyecto que vamos a compartir con vosotros. Desde ella exploramos la noción de comunes situados en la infinidad de mundos posibles que componen nuestra ciudad.

Encontramos en la puesta “en red del Museo reina Sofía” con colectivos autoorganizados, como La invisible o Traficantes de sueños, un ejemplo explicativo de la noción “otra institucionalidad”. Desde ella se plantea un tipo de intervención cultural y producción de pensamiento que pone la categoría de lo común en el centro. Como imagen de esta colaboración, y de esta forma de repensar “otra institucionalidad pública”, podemos fijarnos en la reciente inauguración de la Fundación de los Comunes.

En nuestro caso tratamos de reescribir críticamente este concepto extendiendo el diálogo entre la palabras “común, modelo de gobernanza y comunidad” al debate público de la ciudad. Llevar esta idea a los distintos espacios públicos que compartimos (una plaza, una calle, una mesa o un centro de arte), ayuda a describir el vínculo de trabajo que existe entre Intermediae, un entidad cultural, y los colectivos Basurama y Zuloark, en su puesta en red junto a muchos otros.

QUÉ ES EL CAMPO / QUÉ ES INTERMEDIAE > CITY ISLANDS
Para ello vamos a desplazarnos de la Fundación de los Comunes a otros contextos que producimos en nuestra práctica cotidiana, Intermediae y Campo de Cebada.

-El Campo de Cebada es “un rincón especial del centro de Madrid, situado en el barrio de La Latina.
Parte de un vacío urbano de 5.500m2 que resulta de la demolición de una piscina y que se está diseñando a sí mismo con un particular modo de gestión y entrelazado de responsabilidades.
Para que este trocito de ciudad se convierta en una plaza y que ésta se diseñe a sí misma, hemos tenido que aprender a construir herramientas y tecnologías que posibilitaran la acción conjunta y la distribución de responsabilidades entre vecinos, arquitectos, agentes culturales, asociaciones vecinales y administración, pues este pequeño espacio común tenía desde el principio vocación de seguir formando parte de lo público. (Y para eso, tenía que amueblarse, hacerse con una surtida caja de herramientas)

EL CAMPO nace de una anomalía y utilizando la cultura como coartada política.
Quizá toda institución pueda llegar a ser anómala, o pueda ser anómala temporalmente:
En septiembre de 2010, y dentro del marco de LNEB madrileña el colectivo Exyzt, reconstruía en ese agujero una pequeña piscina (mojapiés) a modo de instalación temporal y con mucha fortuna se denominó “City Island”. Recordaba el antiguo uso de ese espacio, actualizaba la reivindicación de una necesidad y al abrirlo atrajo, además de la celebración, un foco de pequeños conflictos, un generador de problemáticas que habían permanecido ocultas tras la valla.

Con la finalización del evento y el desmantelamiento de la piscina pudo haberse agotado la coartada, pero en City Island quedaban el conflicto y un espacio que habíamos redescubierto y nos decidimos a habitarlos. Quejas de ruidos y privatizaciones se mezclaron con tardes de ocio y empoderamiento evitando simplificar los usos para que no se dieran problemas y dejando que fueran estos los que llenaran el espacio y la comunidad de vida y complejidad , interferiendo en el proceso puntualmente o de manera continua, todos aquellos que lo pensamos, construimos, discutimos o utilizamos. (…) Un lugar que seguimos de cerca y de lejos para continuar aprendiendo una manera diferente de vivir la ciudad.”
[10 puntos de la Cebada]

Nos resulta especialmente inspirador este lugar. La heterogeneidad radical de agentes y prácticas que viven y gestionan la plaza hacen de ella un lugar muy valioso para pensar las formas de comunidad que dan cuerpo al debate que nos traemos entre manos. Vamos a fijarnos en uno de esos agentes, al que podríamos llamar “la adminstración” entre comillas. Vamos a pensar la negociación que encierra el Campo de Cebada como un “prototipo de política pública” que incluye a la administración como un agente más en el diálogo.

El reconocimiento simétrico de esta forma de diálogo representa una absoluta anomalía en el ámbito del activismo local y la tradición reivindicativa de los movimientos de base. Desarma la burocracia y otras formas políticas de una “administración” que también se entiende como ciudadana. Podríamos decir que esta desarticulación de la administración rompe la idea de una estructura unívoca e introduce la vía (una línea de fuga) que proponemos explorar a través Citykitchen, el proyecto que compartimos y ponemos hoy en juego.

Como acabamos de decir, la negociación que encierra el Campo de Cebada como prototipo de política pública incluye a la administración como un agente más en el diálogo. No le da ya el lugar privilegiado que se podría suponer que tiene, dado que de lo que se trata es de determinar otra forma de derechos urbanos.
Intermediae podría diferenciarse de otros estamentos de la administración, por ser más bien un lugar de enunciación de la excepción, que el representante de ningún paradigma de la misma, de este u otro tiempo.

Puede decirse que es un lugar que nos permite la construcción de un punto de vista para narraciones a medio camino entre el oasis del “afuera” de la militancia clásica y el espejismo del adentro al que es común apelar cuando desde determinados contextos se habla de “La Administración”. Es una posibilidad para desmitificar la uniformidad y univocidad de este ente supuestamente homogéneo, reivindicando la fuerza de las transformaciones desde abajo y desde el trabajo cotidiano.
Como todo órgano de organización social, está hecho de la misma materia que el resto de lugares: personas, intereses, deseos, casualidades y azares, alianzas, ambiciones, reglas y sus respectivas trampas o excepciones…

“Hay principios que hacen surgir lo inesperado, lo imposible, principios que son una pequeña revolución, que pasa por el medio. Nosotras diríamos que Citykitchen es uno de esos proyectos que empezaron en algún momento pero no sabemos cuándo acaban. Son ese instante que penetra en la atmósfera política. Una pequeña revolución que contamina las metodologías, prácticas y estructuras institucionales de lo público, a través de la creación de dispositivos y tecnologías que habitan en él, expanden sus límites y generan, desde una responsabilidad compartida, nuevos futuros”. ¿Cómo explorar esas prácticas capaces de afectar las políticas dominantes desde las propias estructuras?

Este lugar de enunciación de la excepción, ese punto de vista situado en un “entremedias”, en esa institución anómala permite observar la capacidad de incidencia de fenómenos y proyectos, radicalmente distintos y singulares entre sí, en la definición y redefinición de las políticas públicas. Permite observar el contexto del arte y la cultura como un lugar de ensayo de nuevas formas de gobernanza donde crear, desde modelos poéticos de pensamiento, nuevos futuros para ese espacio público que compartimos.

Pensamos la cultura como espacio posibilitador, espacio de excepción, donde se pueden ensayar formas de diálogo y negociación explícitas capaces de afectar la política de la administración. ¿Qué límites y la potencialidades representa la generación de este tipo de herramientas y “trampas”? ¿Podrían devolver el sentido a lo público en una estrategia de reparación? ¿O qué otros protocolos o estándares generar para reinventar una administración ciudadana?

[OTRAS ARQUITECTURAS DE LO PÚBLICO]
o poéticamente habita el hombre la tierra
Desde distintos lugares de la ciudad -que compartimos cierta sensibilidad-, cruzamos conversaciones y controversias sobre una idea clave: Producción de ciudad.

En lo que concierne a Intermediae, el interés explícito por el espacio público, por trabajar en y con el contexto en el que se situaba Intermediæ (Legazpi un barrio situado al sur de la ciudad como “colofón” efectivo aunque no necesariamente diseñado para, de la intervención urbanística de Madrid Río) había sido un eje desde el que relatar nuestra práctica. La idea de generar colectivamente una programación sensible con lo local y articulada con la ciudad, tratando de explorar esa idea de proximidad y preguntándonos cómo hacer esto, nos llevaba a centrar nuestros esfuerzos en la conexión con el tejido social del “barrio” y a pensar en red con el resto de la ciudad este fragmento local. Muchos de los proyectos que se iban generando compartían este interés, de manera que las redes iban creciendo y articulándose en diferentes sentidos, desde cerca y desde lejos, de maneras diversas desde la pura informalidad de una iniciativa a la formalización a la manera de proceso artístico.
Intermediae ha sido leído y descrito también, más recientemente, como un programa de desarrollo de lo que la Administración local podría/debería considerar nuevas políticas de proximidad en cultura.

Los acontecimientos políticos y sociales han cambiado el panorama a gran velocidad, la sensibilidad de proyectos dedicados a esa idea de “Barrio y Ciudad” como Todo sobre mi barrio, Madrid 28045, Spermola o el Vivero de Iniciativas Ciudadanas adquirían volúmen y los colectivos con los que veníamos colaborando, Basurama, Obsoletos, Estudio Sic, se convertían en auténticos expertos en una especie de “para-administración de la ciudad”. La discusión sobre espacio, esfera y políticas públicas y la reflexión sobre la gestión de lo público se entrelazado ocupando un lugar central, en una coyuntura política en el que la retirada de recursos públicos se encuentra con la reivindicación del trasvase de poderes a la ciudadanía en esa economía política de lo común. Las palabras Alter Polis, ciudad, utopía y humanismo, se entrecruzan críticamente y nos permiten especular con la generación de otras arquitecturas de lo público.
[*]

Qué conocimientos y herramientas podemos desarrollar para poner en marcha proyectos y colaboraciones entre una ciudadanía activa y la administración, [como el caso de El Campo de La Cebada elcampodecebada.org o Esta es una plaza http://estaesunaplaza.blogspot.com.es/,] qué tipo de aprendizaje sobre las mismas podemos generar. Cómo preservar cierta idea distributiva de la justicia social o el reconocimiento, en una cultura P2P que en la práctica beneficia a ciertos colectivos y expertajes que protagonizan casos estos procesos de negociación entre la administración y los ciudadanos…

Cómo desarrollar un espacio de trabajo que investiga y promueve procesos de participación ciudadana en la gestión de lo público. Cómo sumar perspectivas desde las que mirar la construcción de esta realidad / o esta nueva reinvención de la ciudad. ¿Podrían incorporarse sensibilidades que actúan desde dentro y fuera de la administración, desde dentro y fuera de organismos tradicionales, dentro de una suerte de red como órgano de gobierno de una ciudad?

[ CITYKITCHEN]

En algún lugar entre el Campo de Cebada y el CSIC empieza a hablarse de la idea de una Cocina para la ciudad, de cocinar ciudad. Pero ¿Qué recetas, o protocolos podemos inventar para una gestión otra y compartida de la ciudad? ¿Cómo otorgarle un carácter explícitamente público a esta cocina? Zulorama ( un vocablo que proviene de la suma de Zuloark y Basurama) :-) tradujimos esta idea en el proyecto Citykitchen con la intención de llevarlo a cabo dentro de un contexto público e institucional (formal), como es Intermediae / Matadero, desde el convencimiento de que no hay nada más común que una Institución Pública.

Uno de los retos autoimpuestos, era no abandonar la Institución como herramienta en construcción de mundos comunes y Citykitchen se presenta como un ejercicio que pone en diálogo lo público y lo común dentro de la propia estructura de la administración, rompiendo esa lógica binaria que los proponía como antagonistas y asumiendo que el objetivo de lo público y de lo común va a ser explorado desde la idea de una autoría colectiva y una comunidad distribuida.

Un espacio de confluencia entre agentes de diversa índole, investigadores, vecinos, funcionarios de la administración, que investiga sobre formas de hacer y construir ciudad explorando entre diversas formas de asociación ciudadana que centran su trabajo en la regeneración de espacios vecinales a través de la creación artística y el desarrollo cultural. Se sitúa en un panorama extenso de excelentes prácticas diseminadas y distintos tipos de colaboración que no han cristalizado todavía en una metodología común, capaz de crecer en torno a un saber colectivo, ni de interrelacionar todas estas experiencias a través de un fin compartido. El objetivo es investigar y generar posibles herramientas metodológicas de construcción colectiva y marcos de diálogo entre actores culturales, sociales y administrativos. Es la apertura (y futura construcción) de un espacio dentro de la estructura de lo público, desde la que expandir sus límites y generar, desde una responsabilidad compartida, nuevos futuros esa pequeña revolución que contamina las metodologías, prácticas y estructuras institucionales de lo público.

El proyecto Citykitchen toma forma de espacio de investigación sobre los procesos y mecanismos de colaboración entre la administración y un movimiento de base.
Trata de detectar y señalar (abrir el código) los protocolos de una administración acostumbrada a blindarse en rutinas burocráticas y expandirla (o afectarla desde) hacia modelos de gobernanza contaminados de las lógicas de los commons.
Citykitchen trata también de y estudiar la prácticas y necesidades de las iniciativas ciudadanas, para generar herramientas y metodologías que faciliten la participación de los procesos de base ciudadana en la gestión del espacio público. Trata de afectar las lógicas de la administración, facilitar y reinventar protocolos, vivir por encima de nuestras realidades, actualizar los pactos distribuyendo las responsabilidades, aprehender a generar trampas…

Citykitchen está pensado como una urdimbre de conversaciones sobre la que tejer el tapiz de la nueva institución trabajando simétricamente desde puntos de vista situados en distintos lugares, que proporcionen distintas perspectivas sobre la ciudad. Trabajamos con una idea de dentro y fuera de la administración. Para nosotras la administración pública no es una estructura o un ente, en un conjunto de herramientas y protocolos, de problemas y oportunidades, a pesar de la cual y gracias a la que construimos mundo y llevamos a cabo una serie de proyectos que pueden pensarse como nuevos prototipos ciudadanos de política pública.

[HERRAMIENTAS, TECNOLOGÍAS, MUEBLES Y POLÍTICAS CONSTIUYENTES]
#LAMESA

En esta urdimbre, CityKitchen desarrolla una estrecha relación con un espacio abierto de reflexión y trabajo ciudadano: #LaMesa. [o Mesa de Gestión Ciudadana de lo Público], una tertulia de sensibilidades urbanas múltiples desde las que se realiza un ejercicio crítico de problematización de las formas ciudadanas en el espacio urbano.
La propuesta es realizar en relación con #LaMesa e Intermediae (Matadero) una serie de encuentros de trabajo destinados a explorar las interfaces de diálogo entre la ciudadanía y la administración local en la construcción de ciudad. Los encuentros tienen un doble objetivo: (i) explorar las formas, infraestructuras y espacios a través de los cuales desplegar una participación extendida de los ciudadanos en los asuntos urbanos (de la ciudad) y (ii) explorar las formas mediante las cuales la administración puede participar en las iniciativas ciudadanas.”
-El reto es diseñar el repertorio de herramientas que permitan asumir las grandes demandas que supone procesar los “diversos órdenes de intencionalidad” que componen un contexto como #lamesa, reconocer a sus miembros, respetar la fluidez de las jerarquías que producen las diferentes experticias, hacer coaliciones y [encontrar otra coartada para trabajar en común]